Áreas específicas del cerebro implicadas en la escritura.

Cómo actividad motora, la escritura implica la activación de determinadas áreas del cerebro.

Las áreas más vinculadas del cerebro en este proceso que hemos desarrollado son las áreas de Brocca, de Wernike y de Exner.

El área de Broca está involucrada en el ordenamiento de los fonemas (unidad mínima del lenguaje) en palabras y en la unión de las palabras para formar frases y oraciones (en otras palabras es el área dónde se produce el habla), mientras que el área de Wernicke es la responsable de procesar los sonidos que escuchamos y relacionarlos con el habla y con el lenguaje que ya conocemos (es dónde se produce la comprensión del habla). El área de Exner ubicado en el lóbulo pre frontal, recibe información continua de la mano y de los dedos para el control de la escritura (es la que se encarga de la escritura). 

Estudios del neurofisiologo ruso Alexander Luria

Según los estudios del neurofisiologo ruso Alexander Luria, se señala que la parte izquierda del cerebro se centra en el lenguaje (área de Broca dónde se produce el habla, y área de Wernicke dónde se produce la comprensión del habla) y en la parte derecha se encuentran la construcción de imágenes.

Sostiene también Luria que las consonantes están localizadas en la parte izquierda del cerebro, mientras que las vocales están en la parte derecha del cerebro. Esto explica que podamos leer un texto sólo con sus consonantes pero no con las vocales, ya que el hemisferio derecho se encarga de agregar las imágenes faltantes, las vocales, que son de su dominio.

Esto nos sugiere, que el lenguaje, el habla y la escritura necesitan una estrecha comunicación interhemisférica. Por lo tanto la comunicación no se encuentra en un hemisferio sino en ambos.

Automatismo de la escritura

El automatismo de la escritura es posible gracias a la participación del cerebelo, encargado de almacenar la información, para producirla sin tener que estar reflexionando a cada instante los movimientos para producir las letras. 

Integrando otras zonas cerebrales, podríamos decir que todo movimiento descendente afecta, por un lado al cortex por tratarse de la ideación y al occipito temporal por la preparación fonema-grafema, visualización y sonido. Del mismo modo, todo movimiento ascendente afecta las estructuras subcorticales por encontrarse más cerca del automatismo del cerebelo.

En la escritura, la información a escribir proviene de la corteza acorde el procedimiento descrito, pero al mismo tiempo, la corteza está recibiendo información proveniente del papel, el útil (la lapicera generalmente), su presión, su estado, la temperatura ambiental, las condiciones del soporte (mesa), de la silla, los sonidos ambientales, etc. De aquí que la escritura se vea afectada si las condiciones en que se escribió no son propicias, si se encontraba en movimiento o en un soporte poco firme, si había mucho ruido, gritos, o por el contrario si se estaba en silencio y el soporte permite un buen apoyo. Información que puede ser de vital importancia en el análisis científico forense de un hecho o situación.

También hay aferencias del propio cuerpo, el cansancio físico, los estados emocionales que activan diversos neurotransmisores, cómo la dopamina, la acetilcolina, la serotonina etc, que afectarán el movimiento, fundamentalmente que involucran la motricidad fina, lo que puede conducirnos a la determinación de enfermedades físicas, psicológicas o alteraciones emocionales.

Cuando hablamos de estructuras subcorticales también conocido como cerebro medio, dónde se alojan las emociones, estamos hablando de Sistema Límbico, los ganglios basales y el cerebelo.

El Sistema Límbico, cómo su nombre lo indica es un sistema, y se compone del tálamo y el hipotálamo.

El tálamo es el centro que canaliza y transfiere información desde el cerebro inferior proveniente del tronco encefálico (que se conecta con la médula espinal) al cerebro superior o corteza cerebral. También se cree que es responsable de la autoimagen.

El hipotálamo es el encargado del control de los impulsos sexuales y agresivos y las emociones. Se conecta con el sistema endócrino, la producción de hormonas y la glándula pituitaria.

Los ganglios basales se integran por el cuerpo estriado, el globo pálido y sustancia nigra.

El cuerpo estriado es el encargado de inhibir las conducciones instintivas, mientras que el globo pálido es el encargado de liberarlas.

La sustancia negra es la encargada de producir dopamina y enviarla a todo el ganglio basal para aumentar el control de la motricidad fina. La dopamina también se produce junto a la satisfacción instantánea y momentánea. Sensación de placer que se evapora con la misma velocidad con que surgió.

Finalmente el cerebelo se encarga de los procesos automatizados para liberar el pensamiento y la mente de aquellas actividades que realizamos de manera cotidiana. La escritura inicia su organización en la corteza cerebral y luego es transferida al cerebelo vía talamo para poder ser un proceso automatizado.

Podemos afirmar que en la escritura participa todo el sistema nervioso. Desde la corteza, al sistema límbico, los ganglios basales, el cerebelo y el sistema nervioso periférico con todas sus aferencias del sistema vegetativo. 

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